Markopolo Quetzalcóatl Heramb.
La Kofradía del Hiato/2mil11
En esta esquina,
La Kofradía del Hiato/2mil11
En esta esquina,
donde el olor a olvido y a perro muerto se penetra en las narices hasta hacerte toser.
Aquí donde nadie espera el colectivo,
donde pareciera que se quedó varada la esperanza en una tarde de tormenta de verano.
Aquí mismo,
antecito de que la noche fuera atrapada por la penumbra;
Pasó su figura frente a mí, sobre la acera llena de polvos y sueños destruidos,
regados en el terreno baldío de un lado,
donde el teporochito canta y bebe tragos de cañita con la luna.
Toda tu llena de frescura como la tarde,
apenas te diste un segundo para mirarme ¿tu? ¿Otra vez?
Sí, ese mismo,
el que te encuentras en el colectivo y que ya estas hasta la madre de que siempre trata de robarte la mayor cantidad de miradas posibles para coleccionarlas, como lo hice ahora.
el que te encuentras en el colectivo y que ya estas hasta la madre de que siempre trata de robarte la mayor cantidad de miradas posibles para coleccionarlas, como lo hice ahora.
Pero tu hedor quedó atrás, conmigo.
Mientras seguías tu camino, yo inmóvil observaba como desaparecías junto al ocaso.
Mientras seguías tu camino, yo inmóvil observaba como desaparecías junto al ocaso.
En esta esquina me quedé a saborear la derrota, como el boxeador en el ring; con el cuerpo caigo, con el rostro desfigurado, con mis años de desesperanzas y añoranzas.
Me nockeaste, no hay vuelta atrás.
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