miércoles

CUÁNTAS VECES LO INTENTARÉ


¿Cuántas veces intentaré lo mismo?
Llegar hasta el lugar más recóndito,
tomar la mochila y llenarlos de historias para contar,
subir, bajar, caminar, correr, reír, llorar,
abrir los ojos, cerrarlos, volver a abrirlos,
refugiarme en un misterioso paisaje.

 ¿Cuántas veces intentaré lo mismo?
ver la aurora impaciente de los pueblos marginados,
la triste esperanza de los esperanzados,
la alegría de los niños jugando a encontrar donde nace al arcoíris,
las sonrisas discretas de los viejos,
 las huellas de los caminantes errantes
la canción que me regala el viento,
el caldo de gallina que sabe a hogar,
el cielo estrellado con fogata y poemas de blake...

¿Cuántas veces intentaré lo mismo?
siempre que el rayo  del sol me regale una sonrisa,
siempre que la luna me bañe de luz,
siempre que mis pasos no se cansen,
siempre que  sepa fantasear,
siempre que pueda dibujar garabatos,
siempre que mis ojos no dejen de ver más allá…







UNA VIDA DE PERROS




domingo

A 30 AÑOS DE LA ERUPCIÓN DEL VOLCÁN CHICHONAL


  









Claudia Lobatón/Síntesis
Una caravana de sobrevivientes de la erupción del volcán Chichonal de 1982, acompañados por músicos, danzantes y maestros ramilleteros de los pueblos zoques, recorrió los municipios que padecieron la tragedia que marcó la historia de Chiapas, como parte del XXX aniversario  de la erupción del Chichón.
A 30 años de la erupción más devastadora del país, en la que dos mil personas perdieron la vida, y los sobrevivientes se desplazaron a Guadalajara, Veracruz, Tabasco, Guatemala y algunos municipios de Chiapas, estas personas revivieron el momento en que se perdió gran parte de la memoria de la cultura zoque y recordaron a las personas que perdieron la vida en un recorrido por Copainalá, Tecpatán, Francisco León, Nuevo Naranjo, Vicente Guerrero, Carmen Tonapak,  Guadalupe Victoria y Chapultenango, donde los sobrevivientes narraron el momento en que pensaron que era el fin del mundo.
Wilfrido González Álvarez, profesor de educación primaria bilingüe, relató que en 1982 no se daba difusión a los fenómenos naturales, “cuando salí de la escuela todo era gris, había lluvia de cenizas y la gente estaba inquieta, no sabían a dónde refugiarse, y las instalaciones de la escuela en la que daba clases sirvió como refugio para unas 800 personas; no había comunicación con su familia”.
Reveló que muchas personas no quisieron moverse, algunas más regresaron a sus viviendas y ahí perdieron la vida. Una mujer dio a luz en el camino, mientras recorrieron a pie toda la noche el camino que les salvaría la vida.