Pararme detrás de la ventana y
sentir el viento frío de invierno
golpear mi rostro,
ver las nubes grises casi negras
de un prematuro diciembre
que se marcha junto con
los recuerdos de mí andar.
Soñar en lo imposible.
Guardar un pedazo de esperanza
entre mis puños,
volver a ver los colores
de aquel pueblo lejano
que pisé por vez primera…
escuchar un blues
mientras te esfumas.
El olor indiscutible del hogar
después de un largo viaje,
mirada extraña de la chica
en la terminal que pareciera
esperar al olvido.
Sonrisa añeja,
locos de aquellos que
buscan descubrir más allá,
en el camino hacia el sol…
Vendrán más
inviernos, más diciembres, más recuerdos, más sonrisas, más añoranzas, más
contemplaciones, más días grises pero yo, yo no sé si estaré mañana contigo…